miércoles, 20 de enero de 2010

REIKI

He estado practicando Reiki durante los últimos dos años. Llegué a esta disciplina por una inquietud muy personal de conocer terapias alternativas, distintas formas de crecimiento espiritual, de sanación natural y como es que se entiende en distintas culturas el concepto y la relación de salud-enfermedad. Esta inquietud fue creciendo a través de una relación de años con la medicina tradicional rarámuri, las plantas medicinales y los remedios caseros que durante muchísimo tiempo han hecho frente de forma muy efectiva a distintos padecimientos. Mis intereses personales han tenido mucho que ver, desde que me acuerdo, con la cultura y tradiciones de la cultura tarahumara, particularmente con la medicina tradicional.
Pero volviendo a Reiki, antes de mi iniciación en este estilo de sanación natural y más que eso, de relacionarse de forma positiva con el entorno universal, apenas sabía unas cuantas cosas, entendía que era una técnica de orígen japonés para curar enfermedades, pero ahora sé que es mucho más que eso.
Reiki, más que una terapia o una forma de curar, es un estilo de vida que tiene que ver con la salud integral, cuerpo, alma y espíritu, entendiendo como salud mucho más que la ausencia de enfermedad, la alegría de vivir, la capacidad de dar amor y establecer una relación armónica con el entorno, con la naturaleza, con los demás seres humanos, con la energía del universo.
El iniciador de la terapia Reiki, de este estilo de vida que significa Energía Universal fue el doctor Mikao Usui, monje sintoísta japonés de principios del siglo XX, quien más que descubrir una nueva forma de curar enfermedades, redescubrió y puso en práctica conocimientos ancestrales de su pueblo para encontrar la armonía interior y por consecuencia la salud.
Con la práctica, después de mi iniciación por un maestro Reiki, he ido aprendiendo más cosas y sensibilizándome más con esta forma de entender la energía universal. Se que así como en el mundo hay muchísimos practicantes y maestros serios de esta disciplina, también hay charlatanes. Se también que dado el escaso sustento científico que tiene esta disciplina, tiene también muchos detractores.
No es el caso de esta entrada convencer o evangelizar. Respeto profundamente todas las ideas, aún las contrarias a las mías, solo quise dejar un testimonio de algo que en lo personal me ha servido mucho en mi vida cotidiana, sin que piense que los resultados pueden ser iguales para todas las personas. Entiendo que cada ser humano es un universo compuesto a su vez de muchos pequeños universos e inmerso en un universo mucho mayor, en cada uno de ellos las leyes se repiten y Reiki busca armonizar las fuerzas en cada uno de esos universos.
Hay mucho más que decir al respecto, en verdad me apasiona el tema, pero por hoy aquí queda.

miércoles, 13 de enero de 2010

MISIÓN DE SATEVÓ, BATOPILAS



En la pequeña localidad de Satevó, municipio de Batopilas se encuentra la antigua misión del Santo Ángel Custodio de Satevó, construida entre 1760 y 1764, por los jesuitas que llegaron a esta parte de la barranca chihuahuense para evangelizar a tarahumares y tubares (grupo indígena extinto en la actualidad. La misión es una bellísima construcción que destaca desde lejos en este pueblito que se encuentra a unos seis kilómetros de la cabecera municipal de Batopilas.
A lo largo del tiempo la construcción ha recibido diversas modificaciones y "rehabilitaciones", por lo que en la actualidad ya no se ve con ese característico color rojo de sus cúpulas, la fachada encalada y paredes de ladrillo con la que se veía hace años en fotos y carteles de promoción turística.
Años antes, tanto la fachada principal como las cúpulas eran de color blanco.



 En la actualidad la misión de Satevó luce muy diferente, debido a la rehabilitación de sus paredes, fachada, torre y campanario. Sigue siendo una hermosa construcción, visible desde muy lejos en la ruta Batopilas-San Ignacio o Batopilas-Polanco, aunque personalmente creo que las transformaciones le quitaron mucho de ese encanto único que tenía, quizá por el aire de antigüedad y nostalgia.






Las primeras dos fotos las tomé de la red, así es que los créditos van para quien corresponda. Ambas muestran la parte lateral y posterior de la misión vista desde el camino de Batopilas a San Ignacio (actualmente hay un nuevo camino), en lo que podría considerarse como el acceso principal de Satevó. La última foto la tomé yo, desde el patio de la casa de la familia Isaguirre, a quienes agradezco el que me hayan dado hospedaje, alimentos y amena conversación a principios de noviembre de 2008.

martes, 12 de enero de 2010

EL HOMBRE QUE CABALGÓ SOBRE UN OSO


En el pueblo de Norogachi había un hombre mestizo que era buen amigo de los rarámuri y por eso era bien aceptado en las teswinadas y hasta lo invitaban cuando se trataba de una fiesta o de trabajar juntos y luego tomar teswino.

Este hombre iba gustoso y participaba en las faenas trabajando igual que los demás, pues tenía una buena convivencia con los rarámuri y hablaba bien su idioma.

El gran defecto que tenía este hombre era el gusto que tenía por contar mentiras. Era tan mentiroso que costaba trabajo creerle cuando decía la verdad.

Así era el, contaba unas historias fantásticas con lujo de detalles, como si en verdad las hubiera vivido. Pero como ya lo conocían todos y sabían que eran puros inventos suyos, le hablaban para pedirle que les contara sus aventuras y divertirse con las cosas que decía. Eso sí, cuidaban muy bien de no reírse delante de él, porque lo consideraba una ofensa y falta de crédito a sus palabras.

Una de las cosas que platicaba como si en verdad hubiera ocurrido, era la ocasión en que anduvo montado en un oso.

Contaba que una mañana ensilló su mula, compañera de muchas aventuras, para ir a campear y buscar una vaca que se le había perdido.

Anduvo todo el día en el monte sin encontrar rastros de la vaca. Se alejó mucho de su casa, se le hizo tarde y como empezaba a oscurecer, no le quedó más remedio que buscar un lugar para pasar la noche.

Pensando que si se quedaba, continuaría la búsqueda de su vaca al día siguiente, hizo campamento junto a un madroño muy grande. Desensilló su mula y la dejó suelta para que buscara pasto y agua, confiando en que era una mula muy mansa y no batallaría para ensillarla de nuevo cuando la necesitara, pues era una mula que entendía muy bien sus palabras y el le dijo que se quitara el hambre y la sed con el pasto y el agua que había en los alrededores y luego regresara al campamento porque en cualquier momento podría necesitarla.

El hombre hizo una fogata para calentar sus tortillas de maíz rellenas con frijoles, fue por agua a un arroyito cercano y puso a cocer unas matas de yerbanís de las muchas que había por ahí donde se encontraba.

De su bolsita de pinole sacó una piedrita de piloncillo y endulzó su bebida de yerbanís que le supo así muy sabrosa. Luego, se fumó un cigarro de tabaco cimarrón y se dispuso a descansar porque ya tenía mucho sueño.

Se enredó en su cobija, puso la silla de montar como almohada y se quedó profundamente dormido, sin darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor. Así durmió de un solo golpe hasta la madrugada.

Se despertó cuando eran como las cuatro de la mañana, según sus cálculos y como ya no tenía sueño, pensó que era mejor levantarse ya para ganar tiempo en la búsqueda de su vaca.

Estaba bastante oscuro todavía, pero le tenía mucha confianza a su mula y sabía que no le asustaba andar en la oscuridad, de manera que tomó el lazo, lo amarró al cuello de la mula y luego procedió a ponerle el freno.

Notó a la mula un poco rebelde al ponerle el freno y se puso a platicar con ella para tranquilizarla. –No te me rajes mi mulita chula- Le dijo. –Vamos a subir al cordón a ver si amaneciendo podemos divisar la vaca. Si no, pos nos regresamos y te dejo descansar todo el día-.

Haciéndole plática logró ponerle el freno y se felicitó una vez más por tener una mula tan entendida, pues estaba seguro de haberla convencido con sus palabras y con esa confianza le echó la silla encima, la ajustó y se montó de un salto para emprender rápidamente el camino.

No entendía por qué encontraba algo raro en el paso de la mula, pero no le dio demasiada importancia. Siguió adelante y fue a subir al cordón alto para divisar desde ahí en cuanto hubiera luz de día, con la esperanza de ver a su vaca.

Se puso a cantar una canción pero siguió pensando en ese trotecito raro de la mula y en que a lo mejor hacía falta cambiarle las herraduras o que ya había perdido alguna. Total, decidió esperar a que hubiera luz para revisar las patas de su bestia.

Todavía no aclaraba bien, pero ya había un poco de luz cuando iba subiendo a lo más alto del cordón. Con esa poca claridad se le figuró que las orejas de la mula eran más chicas que el día anterior y se le hizo chistoso. –Parece que todavía estoy soñando- se dijo a sí mismo.

De cualquier modo no se quedó a gusto y en cuanto subió a un planito para revisar que estaba pasando y se encontró con una gran sorpresa.

¡No era su mula!

Lo que tenía junto a él era un oso ensillado y con el freno de su mula puesto, que lo miraba mansamente.

Entonces se dio cuenta de que se había equivocado en la oscuridad y en lugar de ensillar su mula, ensilló un oso que andaba ahí cerca.

Como ya estaba ahí, no le quedó más remedio que montar nuevamente en el oso y seguir buscando su vaca.

Finalmente la encontró, pero tuvo que recorrer el monte durante un buen rato, montado en el oso, que parecía muy dispuesto a cooperar, pues se portó muy mansito.

Ya de regreso, se encontró con su mula que lo estaba esperando en el lugar donde había hecho campamento el día anterior. Se bajó del oso, lo desensilló y lo dejó en libertad, agradeciéndole el servicio prestado durante ese día y ensilló su mula nuevamente para regresar a casa.


Bustillos Gardea NOEL IRAN, Sotelo Holguín MARIA DEL CARMEN. CUENTOS DE LA SIERRA TARAHUMARA/ RA'ICHALI KAWICHÍ NIRÚAMI (ED. BILINGÜE ESPAÑOL/RARÁMURI). Chihuahua, México. Doble Hélice Ediciones. Colección Sol y Arena No. 17. 2007


martes, 5 de enero de 2010

AÑO NUEVO

Estos son días en que el ambiente está cargado de buenas intenciones, frases amables, abrazos, expresiones de buenos deseos y nobles propósitos. Me gusta eso y ojalá fuera así siempre, en cualquier época y en cualquier día del año, pero ocurre que la dinámica diaria parece ganarnos y a medida que pasan los días y el año nuevo va envejeciendo, se van quedando también rezagados los buenos propósitos, los gestos amables y los abrazos. Por lo pronto, antes de que esto ocurra, ¡un abrazo enorme colmado de buenos deseos de salud y bienestar para todos en este año 2010!
Para quienes acostumbran hacer una lista de propósitos de año nuevo, les deseo que tengan el ánimo y la fuerza de voluntad para cumplirlos, para quienes no lo hacen de forma tan metódica, también les expreso mis deseos de éxito en cada actividad que emprendan.
Mi lista de buenas vibras incluye por supuesto a mi familia, amigos, conocidos, compañeros de trabajo, vecinos, personas con las que interactúo de una u otra forma, a los lectores de este blog y a todas las personas y seres de este universo. Suena un poco ambicioso, quizá, pero estoy convencido de que los buenos deseos pueden convertirse también en buenas acciones, así es que aunque suene trillada la frase, ¡Salud, paz y amor para todos!