viernes, 21 de octubre de 2011

PARA MIS ALUMNOS DEL CURSO EXPRESIÓN ORAL Y ESCRITA I


PENSAMIENTO CRÍTICO

Noel Irán Bustillos Gardea

Todos los seres humanos tenemos la capacidad de pensar, es decir, de procesar mentalmente la información, modificarla, reorganizarla en imágenes, conceptos, palabras, reglas y símbolos y generar nueva información. Pero esto no significa que nuestro pensamiento sea siempre de calidad, existen limitaciones que parten de nosotros mismos o del entorno, que comprometen la eficacia y creatividad en la resolución de problemas, que afectan la aptitud en el análisis, la realización de juicios de valor y razonamientos. Cuando analizamos nuestra forma de pensar con base en estándares intelectuales establecidos, para mejorar la calidad del pensamiento, estamos pensando críticamente.
El pensamiento crítico es un tema estudiado ampliamente a lo largo de la historia, por lo mismo existe una variedad enorme de definiciones, que sin embargo coinciden en el hecho de que pensar críticamente es analizar a conciencia el pensamiento y buscar la mejora continua del mismo.
Paul y Elder definen el pensamiento crítico como ese modo de pensar – sobre cualquier tema, contenido o problema – en el cual el pensante mejora la calidad de su pensamiento al apoderarse de las estructuras inherentes del acto de pensar y al someterlas a estándares intelectuales”.[1]
El pensamiento crítico, con relación a los procesos de enseñanza y aprendizaje surge en contraposición con el aprendizaje pasivo, donde los alumnos son simples objetos receptivos de la influencia pedagógica, donde no se evidencia una preocupación por desarrollar en los estudiantes habilidades básicas que les ayude a enfrentar con éxito situaciones problemáticas con autonomía y decisión. El pensamiento crítico es un pensamiento estratégico de calidad, que ayuda a los estudiantes a desarrollar competencias básicas para enfrentar con éxito diversas situaciones que se les presenten en el ámbito académico, personal cotidiano y sobre todo, que aprendan a construir su propio aprendizaje.



Características del pensamiento crítico

Richard Paul y Linda Elder en “La miniguía para el pensamiento crítico, conceptos y herramientas” (www.criticalthinking.org), exponen una serie de estándares intelectuales universales que se aplican a los elementos del razonamiento para desarrollar el pensamiento crítico. El siguiente cuadro muestra los estándares y las preguntas que pueden formularse para aplicarlos.

Claridad
¿Podría ampliar sobre ese asunto? ¿Podría darme un ejemplo? ¿Podría ilustrar lo que quiere decir?
Exactitud
¿Es posible verificar eso? ¿Es posible saber con certeza si eso es cierto? ¿Cómo se puede probar?
Precisión
¿Puede ser más específico? ¿Puede ofrecer más detalles? ¿Puede precisar más?
Relevancia
¿Qué relación tiene con el problema? ¿Cómo afecta eso al problema? ¿Cómo nos ayuda con el asunto?
Profundidad
¿Qué hace de esto un problema particularmente difícil? ¿Cuáles son algunas de las dificultades de esta pregunta? ¿A qué complicaciones habría que enfrentarse?
Amplitud
¿Habría que examinar esto desde otra perspectiva? ¿Habría que considerar otro punto de vista? ¿Habría que estudiar esto de otra forma?
Lógica
¿Tiene esto sentido? ¿Existe una relación entre el primer y el último párrafo? Eso que dice, ¿se desprende de la evidencia?
Importancia
¿Es este el problema más importante que hay que considerar? ¿Es esta la idea central en la que hay que enfocarse? ¿Cuál de estos datos es el más importante?
Justicia
¿Tengo un interés personal en este asunto? ¿Represento los puntos de vista de otros justamente?

Estos estándares intelectuales se aplican a los elementos del pensamiento crítico o los criterios para evaluar el razonamiento, los cuales son:
Propósito: ¿Cuál es el propósito del que está razonando? ¿Está el propósito implícito o explícito? ¿Se justifica?
2. Pregunta: ¿Se establece la pregunta con claridad? ¿Está libre de prejuicios? ¿Está formulada de forma que recoge la complejidad del asunto al cual alude? ¿Existe correspondencia entre la pregunta y el propósito?
3. Información: ¿Se citan experiencias, evidencia y/o información esencial al asunto en cuestión? ¿Es la información rigurosa? ¿Atiende el autor las complejidades del asunto?
4. Conceptos: ¿Clarifica el autor los conceptos claves? ¿Se usan y aplican los conceptos adecuadamente?
5. Supuestos: ¿Demuestra el autor sensibilidad hacia lo que da por hecho o presupone? (En la medida en que esos supuestos pueden ser cuestionados). ¿Usa el autor supuestos dudosos sin atender la problemática inherente a los mismos?
6. Inferencias: ¿Se explica claramente la línea de razonamiento por la cual se llega a las conclusiones?
7. Punto de vista: ¿Demuestra el autor sensibilidad a otros puntos de vista? ¿Considera y responde las objeciones posibles que puedan ofrecer los otros puntos de vista?
8. Implicaciones: ¿Se demuestra sensibilidad hacia las implicaciones y consecuencias de la postura asumida?
Esto nos lleva a aprender a desarrollar características intelectuales que definen al pensamiento crítico:
Autonomía intelectual vs. Conformidad intelectual
Dentro del concepto del pensamiento crítico, lo ideal es que uno aprenda a pensar por sí mismo, a dominar su proceso mental de razonamiento.
Integridad intelectual vs. Hipocresía intelectual
Reconocer la necesidad de ser honesto en su pensar; ser consistente en los estándares intelectuales que aplica; someterse al mismo rigor de evidencia y prueba que exige de los demás.
Perseverancia intelectual vs. Pereza intelectual
Estar consciente que es necesario usar la perspicacia intelectual y la verdad aún cuando se enfrente a dificultades, obstáculos y frustraciones.
Confianza en la razón vs. Desconfianza en la razón y en la evidencia
Confiar que los intereses propios y de la humanidad estarán mejor atendidos si damos rienda suelta a la razón; si fomentamos que la gente llegue a sus conclusiones al desarrollar sus facultades para razonar.
Imparcialidad vs. Injusticia intelectual
Estar consciente de que hay que tratar todos los puntos de vista de la misma forma a pesar de los sentimientos o intereses personales, que uno, sus amigos, su comunidad o su nación tengan.


[1] (Paul, RICHARD y Elder, LINDA. La miniguía para el pensamiento crítico, conceptos y herramientas. Pág. 4. Fundación para el Pensamiento Crítico (www.criticalthinking.org). Tomado de www.eduteka.org)

PARA MIS ALUMNOS DEL CURSO EXPRESIÓN ORAL Y ESCRITA I


CALIDAD DE LA EDUCACIÓN
Noel Irán Bustillos Gardea

La definición del concepto de calidad va estrechamente ligada al contexto en el que se usa, por ello hay una gran variedad de formas de entender la calidad, incluyendo la forma más simple de decir “buena” o “mala” calidad, sin más parámetros de comparación que el gusto o la afinidad propia.
En el contexto educativo tampoco se ha construido una definición única de calidad, lo cual es entendible porque se trata de un proceso dinámico, no estático y la calidad está ligada, en todo caso, a un proceso de mejora continua.
Una primera definición de educación de calidad considera que el desarrollo cognitivo es el objetivo más importante; por lo tanto, el mejor indicador de calidad es el éxito que se logre en que el alumno adquiera la mayor cantidad de conocimientos. Otra definición considera que el papel de la educación no es solo transmitir conocimientos, sino también promover valores y actitudes que permitan desenvolverse de manera adecuada en la sociedad.
También aquí entran en juego subjetividades, porque para determinar si la educación es o no de calidad debe tomarse en cuenta el contexto en que se desarrolla. Aún así, es posible encontrar principios comunes y partir de ellos para hacer una evaluación de la calidad.
El contexto educativo constituye un marco de referencia fundamental, en tanto que la educación tiende a reflejar los valores y actitudes de la sociedad. Vale como ejemplo mencionar que la Sierra Tarahumara es un área multicultural y es evidente que los resultados educativos presentan marcadas diferencias entre escuelas indígenas y no indígenas, al igual que en escuelas rurales y las de un contexto urbano o semiurbano.
No todos los educandos llegan a la escuela en las mismas condiciones. Influyen aspectos sociales y económicos, el sexo, las discapacidades y también la pertenencia étnica.
Se puede tener educación de calidad en situaciones de pobreza. Las condiciones de marginación no son las más determinantes para no cumplir con los objetivos propuestos, que dan parámetros de medición de la calidad. Aquí también hay ejemplos destacables de escuelas que, con la más mínima infraestructura, escaso apoyo y aulas multigrado, han obtenido los resultados más altos en pruebas como la de Enlace.
Sin embargo, aunque este aspecto no sea del todo determinante, una mejor calidad de la educación se da en espacios en los que los alumnos cuenten con los apoyos materiales y humanos necesarios para desarrollar el proceso. Aulas adecuadas, materiales educativos, bibliotecas e instalaciones escolares equipadas y el apoyo docente constituyen un componente importante de la calidad, sumado a procedimientos pedagógicos adecuados y modalidades de evaluación de los avances.
En el contexto de la educación superior, la calidad puede medirse con base en parámetros que determinan, la relevancia, eficacia, efectividad, congruencia y eficiencia; es decir, si cumple con lo que la sociedad demanda, si cumple con las expectativas de los estudiantes y egresados, si los procesos empleados contribuyen al logro de resultados y si hay correspondencia entre los recursos utilizados y los logros o resultados.
En las Universidades Tecnológicas la calidad va asociada al desarrollo de competencias profesionales en los alumnos. Esto implica formar individuos capaces de construir aprendizajes que sirvan para resolver problemas de la vida cotidiana, que puedan desenvolverse en el contexto laboral y social de forma positiva, aportando soluciones y con las cualidades y actitudes necesarias para acceder a un buen empleo y mantener de forma permanente una actitud favorable a la construcción de aprendizajes.
Dado lo anterior, se puede afirmar que la calidad educativa no es un proceso estático, sino más bien de naturaleza dinámica, que exige una participación y compromiso multilateral que va más allá del aula y de la relación entre alumnos, docentes e instituciones escolares. Los padres de familia, el estado, los medios de comunicación y la sociedad en su conjunto son también factores que influyen fuertemente en la calidad de la educación.

PARA MIS ALUMNOS DE TURISMO Y TECNOLOGÍA AMBIENTAL

PSICOTÉCNICA PEDAGÓGICA EN EL ÁMBITO UNIVERSITARIO
Noel Irán Bustillos Gardea

El presente documento tiene como propósito resaltar la aplicación práctica de la psicotécnica pedagógica en el campo de la formación universitaria. Para ello, se inicia con la definición conceptual, seguida de ejemplos de aplicación en distintos contextos socio históricos para la solución de problemas, la argumentación en torno a su aplicación en la educación superior y las conclusiones derivadas de los argumentos expuestos.
Hay varias definiciones del concepto de psicotécnica. Entre ellas podemos citar: “Aplicar los principios e investigaciones de la psicología experimental a la vida práctica…” (W. Stern, 1903). “Es la ciencia de la aplicación práctica de la psicología puesta al servicio de los problemas culturales”. (Münsterberg, 1911).  Fingermann (1924) define la psicotécnica como la rama de la psicología aplicada destinada a obtener resultados prácticos en cualquier dominio de la actividad humana.
De las definiciones anteriores podemos entender que la aplicación de fundamentos de la psicología pura en la solución de problemas concretos en diversas ramas de la actividad humana, ya sea de carácter educativo, jurídico, militar, industrial, de relaciones interpersonales, entre otros, es lo que se conoce como psicotécnica o psicología aplicada.
La psicología pura se refiere al estudio y a la formulación de leyes generales de los fenómenos psicológicos, mediante la aplicación del método científico, con una modalidad reflexiva o experimental.
La psicología aplicada se fundamenta en los conocimientos de la psicología pura y va encaminada a la solución concreta de problemas que plantean las actividades humanas.
Las primeras aplicaciones prácticas de la psicología fueron evolucionando al encontrar un campo de empleo amplio en situaciones bélicas. Así, por ejemplo, se implementaron evaluaciones psicotécnicas durante la Primera Guerra Mundial, considerando la alta cantidad de pérdidas de vidas por fallas humanas en la conducción de vehículos de combate tales como: aviones, tanques, buques. Debido a la alta cantidad de accidentes en que incurrían estos vehículos, nace la necesidad de saber qué influencia tenía el factor humano en estos hechos. Para ello, se realizaron estudios científicos para medir las aptitudes de los conductores, para lo cual se planteó la necesidad de realizar exámenes psicotécnicos, con instrumentos creados por profesionales de distintas áreas para medir capacidades psicofísicas tales como: visión, audición, reacción, coordinación, etc.; exámenes psicotécnicos fundamentales para seleccionar a los seres humanos con mejores aptitudes en la conducción de vehículos motorizados.
Definimos entonces la psicotécnica como la rama de la psicología aplicada que utiliza en la práctica concreta los principios de la psicología para solucionar problemas de la vida real. En palabras de Münsterber, “la psicología puesta al servicio de la práctica”.
Llegamos así a la aplicación práctica de la psicología a los procesos de enseñanza y aprendizaje. El enfoque educativo conduce a la psicotécnica educativa, identificada también como psicotécnica pedagógica, que ha avanzado en función de obtener conocimientos acerca de los procesos psicológicos de los estudiantes, partiendo de la premisa fundamental de que existen diferencias individuales, para que a partir de estos conocimientos, se puedan diseñar técnicas y metodologías específicas que ayuden a mejorar la función educativa y docente.
Hay una gran variedad y amplitud de relaciones humanas en la actividad educativa, por ello es un ambiente propicio para la psicología aplicada en el estudio de las diferencias individuales y las repercusiones que estas tienen en el aprendizaje, las capacidades físicas y mentales de los alumnos y en general para elaborar diagnósticos que lleven a una efectiva orientación educativa, vocacional y profesional.
La pedagogía se define en su acepción más general como la ciencia de educar a los niños. Entendida así, no tiene un campo de aplicación en los niveles de educación superior, dado que se parte de la idea de que los jóvenes universitarios han sido “formados” previamente y cuentan con la madurez necesaria para acceder a conocimientos especializados.
Pero esto, en términos generales, no pasa del campo de la teoría. En la realidad, aún en niveles avanzados de educación superior, encontramos alumnos con serias deficiencias en la comprensión lectora, con dificultades para redactar de manera eficiente, con problemas para argumentar y defender ideas, dificultades en el razonamiento lógico matemático y aún con crisis vocacionales. Decir que es una generalidad sería bastante extremo, pero sí se dan casos.
El enfoque constructivista de la educación que plantea que el aprendizaje debe centrarse en el alumno y que el docente debe actuar como guía en la construcción de aprendizajes que le sean significativos, cobra fuerza en la educación superior. Pero no es un proceso que se da por arte de magia y es menos efectivo en la medida en que los docentes se dirijan a la clase como unidad homogénea, sin tomar en cuenta las particularidades individuales de los alumnos.
En el ámbito de la educación universitaria el objeto de la psicotécnica pedagógica es el conocimiento del estudiante, es guiarlo también a su autoconocimiento, mediante el apoyo específico a cada individuo de acuerdo a su personalidad y necesidades. Este apoyo, basado en el conocimiento, no debe limitarse solo al aula, sino también a su entorno próximo en el hogar y en el medio social, fortalecer sus procesos psicológicos y subsanar deficiencias académicas para mejorar su desempeño.
El ejercicio de la docencia en la educación superior requiere, entre otras cosas, que no se adopten supuestos como hechos y que se tome en cuenta que cada individuo se desarrolla de acuerdo con sus propias fortalezas internas e influencias externas, que cada uno tiene sus propios ritmos de trabajo y producción, que manifiestan sus propias ideas, actitudes y valores. Entenderlo, aceptarlo y actuar en consecuencia implica una actitud comprometida por parte del docente y una práctica didáctica crítica y creadora en la que hay una justa valoración de las particularidades individuales de cada estudiante, como expresión de fortaleza colectiva en la construcción de conocimientos.