Comentarios muy personales sobre temas variados y acontecimientos de la vida cotidiana. Microrrelatos, cuentos, ficciones parecidas a la realidad, puntos de vista, intercambios, análisis y cosas que tienen que ver con mi forma de ver e interpretar el mundo.
En la pequeña localidad de Satevó, municipio de Batopilas se encuentra la antigua misión del Santo Ángel Custodio de Satevó, construida entre 1760 y 1764, por los jesuitas que llegaron a esta parte de la barranca chihuahuense para evangelizar a tarahumares y tubares (grupo indígena extinto en la actualidad.
La misión es una bellísima construcción que destaca desde lejos en este pueblito que se encuentra a unos seis kilómetros de la cabecera municipal de Batopilas.
A lo largo del tiempo la construcción ha recibido diversas modificaciones y "rehabilitaciones", por lo que en la actualidad ya no se ve con ese característico color rojo de sus cúpulas, la fachada encalada y paredes de ladrillo con la que se veía hace años en fotos y carteles de promoción turística.
Años antes, tanto la fachada principal como las cúpulas eran de color blanco.
En la actualidad la misión de Satevó luce muy diferente, debido a la rehabilitación de sus paredes, fachada, torre y campanario. Sigue siendo una hermosa construcción, visible desde muy lejos en la ruta Batopilas-San Ignacio o Batopilas-Polanco, aunque personalmente creo que las transformaciones le quitaron mucho de ese encanto único que tenía, quizá por el aire de antigüedad y nostalgia.
Las primeras dos fotos las tomé de la red, así es que los créditos van para quien corresponda. Ambas muestran la parte lateral y posterior de la misión vista desde el camino de Batopilas a San Ignacio (actualmente hay un nuevo camino), en lo que podría considerarse como el acceso principal de Satevó. La última foto la tomé yo, desde el patio de la casa de la familia Isaguirre, a quienes agradezco el que me hayan dado hospedaje, alimentos y amena conversación a principios de noviembre de 2008.
En el pueblo de Norogachi había un
hombre mestizo que era buen amigo de los rarámuri y por eso era bien aceptado
en las teswinadas y hasta lo invitaban cuando se trataba de una fiesta o de
trabajar juntos y luego tomar teswino.
Este hombre iba gustoso y participaba
en las faenas trabajando igual que los demás, pues tenía una buena convivencia
con los rarámuri y hablaba bien su idioma.
El gran defecto que tenía este hombre
era el gusto que tenía por contar mentiras. Era tan mentiroso que costaba
trabajo creerle cuando decía la verdad.
Así era el, contaba unas historias
fantásticas con lujo de detalles, como si en verdad las hubiera vivido. Pero
como ya lo conocían todos y sabían que eran puros inventos suyos, le hablaban para
pedirle que les contara sus aventuras y divertirse con las cosas que decía. Eso
sí, cuidaban muy bien de no reírse delante de él, porque lo consideraba una
ofensa y falta de crédito a sus palabras.
Una de las cosas que platicaba como si
en verdad hubiera ocurrido, era la ocasión en que anduvo montado en un oso.
Contaba que una mañana ensilló su
mula, compañera de muchas aventuras, para ir a campear y buscar una vaca que se
le había perdido.
Anduvo todo el día en el monte sin
encontrar rastros de la vaca. Se alejó mucho de su casa, se le hizo tarde y
como empezaba a oscurecer, no le quedó más remedio que buscar un lugar para
pasar la noche.
Pensando que si se quedaba,
continuaría la búsqueda de su vaca al día siguiente, hizo campamento junto a un
madroño muy grande. Desensilló su mula y la dejó suelta para que buscara pasto
y agua, confiando en que era una mula muy mansa y no batallaría para ensillarla
de nuevo cuando la necesitara, pues era una mula que entendía muy bien sus
palabras y el le dijo que se quitara el hambre y la sed con el pasto y el agua
que había en los alrededores y luego regresara al campamento porque en
cualquier momento podría necesitarla.
El hombre hizo una fogata para
calentar sus tortillas de maíz rellenas con frijoles, fue por agua a un
arroyito cercano y puso a cocer unas matas de yerbanís de las muchas que había
por ahí donde se encontraba.
De su bolsita de pinole sacó una
piedrita de piloncillo y endulzó su bebida de yerbanís que le supo así muy
sabrosa. Luego, se fumó un cigarro de tabaco cimarrón y se dispuso a descansar
porque ya tenía mucho sueño.
Se enredó en su cobija, puso la silla
de montar como almohada y se quedó profundamente dormido, sin darse cuenta de
lo que pasaba a su alrededor. Así durmió de un solo golpe hasta la madrugada.
Se despertó cuando eran como las
cuatro de la mañana, según sus cálculos y como ya no tenía sueño, pensó que era
mejor levantarse ya para ganar tiempo en la búsqueda de su vaca.
Estaba bastante oscuro todavía, pero
le tenía mucha confianza a su mula y sabía que no le asustaba andar en la
oscuridad, de manera que tomó el lazo, lo amarró al cuello de la mula y luego
procedió a ponerle el freno.
Notó a la mula un poco rebelde al
ponerle el freno y se puso a platicar con ella para tranquilizarla. –No te me
rajes mi mulita chula- Le dijo. –Vamos a subir al cordón a ver si amaneciendo
podemos divisar la vaca. Si no, pos nos regresamos y te dejo descansar todo el
día-.
Haciéndole plática logró ponerle el
freno y se felicitó una vez más por tener una mula tan entendida, pues estaba
seguro de haberla convencido con sus palabras y con esa confianza le echó la
silla encima, la ajustó y se montó de un salto para emprender rápidamente el
camino.
No entendía por qué encontraba algo
raro en el paso de la mula, pero no le dio demasiada importancia. Siguió
adelante y fue a subir al cordón alto para divisar desde ahí en cuanto hubiera
luz de día, con la esperanza de ver a su vaca.
Se puso a cantar una canción pero
siguió pensando en ese trotecito raro de la mula y en que a lo mejor hacía
falta cambiarle las herraduras o que ya había perdido alguna. Total, decidió
esperar a que hubiera luz para revisar las patas de su bestia.
Todavía no aclaraba bien, pero ya
había un poco de luz cuando iba subiendo a lo más alto del cordón. Con esa poca
claridad se le figuró que las orejas de la mula eran más chicas que el día
anterior y se le hizo chistoso. –Parece que todavía estoy soñando- se dijo a sí
mismo.
De cualquier modo no se quedó a gusto
y en cuanto subió a un planito para revisar que estaba pasando y se encontró
con una gran sorpresa.
¡No era su mula!
Lo que tenía junto
a él era un oso ensillado y con el freno de su mula puesto, que lo miraba
mansamente.
Entonces se dio cuenta de que se había
equivocado en la oscuridad y en lugar de ensillar su mula, ensilló un oso que
andaba ahí cerca.
Como ya estaba ahí, no le quedó más
remedio que montar nuevamente en el oso y seguir buscando su vaca.
Finalmente la encontró, pero tuvo que
recorrer el monte durante un buen rato, montado en el oso, que parecía muy
dispuesto a cooperar, pues se portó muy mansito.
Ya de regreso, se encontró con su mula
que lo estaba esperando en el lugar donde había hecho campamento el día
anterior. Se bajó del oso, lo desensilló y lo dejó en libertad, agradeciéndole
el servicio prestado durante ese día y ensilló su mula nuevamente para regresar
a casa.
Bustillos Gardea NOEL IRAN, Sotelo Holguín MARIA DEL CARMEN. CUENTOS
DE LA SIERRA TARAHUMARA/ RA'ICHALI KAWICHÍ NIRÚAMI (ED. BILINGÜE
ESPAÑOL/RARÁMURI). Chihuahua, México. Doble Hélice Ediciones. Colección
Sol y Arena No. 17. 2007
Estos son días en que el ambiente está cargado de buenas intenciones, frases amables, abrazos, expresiones de buenos deseos y nobles propósitos. Me gusta eso y ojalá fuera así siempre, en cualquier época y en cualquier día del año, pero ocurre que la dinámica diaria parece ganarnos y a medida que pasan los días y el año nuevo va envejeciendo, se van quedando también rezagados los buenos propósitos, los gestos amables y los abrazos. Por lo pronto, antes de que esto ocurra, ¡un abrazo enorme colmado de buenos deseos de salud y bienestar para todos en este año 2010!
Para quienes acostumbran hacer una lista de propósitos de año nuevo, les deseo que tengan el ánimo y la fuerza de voluntad para cumplirlos, para quienes no lo hacen de forma tan metódica, también les expreso mis deseos de éxito en cada actividad que emprendan.
Mi lista de buenas vibras incluye por supuesto a mi familia, amigos, conocidos, compañeros de trabajo, vecinos, personas con las que interactúo de una u otra forma, a los lectores de este blog y a todas las personas y seres de este universo. Suena un poco ambicioso, quizá, pero estoy convencido de que los buenos deseos pueden convertirse también en buenas acciones, así es que aunque suene trillada la frase, ¡Salud, paz y amor para todos!
Los invito a darse una vuelta por http://www.guachochimex.com/ un proyecto web que va creciendo y consolidándose gracias a un esquema de participación abierto y plural y también gracias al empeño que le han puesto colaboradores y administradores, encabezados por el profesor Chencho Islas.
Bajo este esquema de pluralidad en el que se expresan opiniones y puntos de vista sobre cosas que tienen que ver con la cotidianeidad de Guachochi, me hacen el favor de publicar mis colaboraciones y aquí les comparto la más reciente:
LA BASURA NUESTRA DE CADA DÍA
Leí un reciente comentario en el chat box de esta página, de un visitante (de la página y de Guachochi), que mencionó que el Lago Las Garzas está convertido en un basurero. Claro que el asunto llama la atención, porque el lago es promovido como uno de "nuestros atractivos turísticos" y con esa imagen, la propaganda a favor se derrumba, porque no es solo el lago, es también el área de la cascada, las calles, los caminos de los alrededores y los lugares de afluencia turística.
Lo más fácil aquí sería decir que los encargados de la limpieza no están haciendo su trabajo y podríamos ir más lejos y decir que los servicios públicos del municipio son pésimos, hacer una serie de consideraciones al respecto y concluir en que no sirven para nada, lo cual probablemente pueda ser cierto, pero no hay que dejar de lado la responsabilidad social que tenemos cada uno de nosotros.
¿A qué me refiero con esto? Bueno, para empezar y para no abarcar tantas cosas sin concluir en nada, quiero tocar específicamente el tema de la basura. En Guachochi es un cuento de nunca acabar y hay que ver como los fines de semana y más ahora que hay un poco más de dinero circulando con motivo de los aguinaldos, como amanecen las calles tapizadas de botellas, botes de aluminio y cartones de cerveza vacíos; hay que ver como los ventarrones vuelan empaques de regalos, bolsas de plástico, papeles y restos de piñatas. Nos invade el espíritu navideño del consumismo, pero no nos invade el sentido común de recoger nuestra basura. No me gusta generalizar, porque se que no todo mundo es así, pero creo que todos hemos visto alguna vez como el hermano, el vecino, el pariente cercano, el amigo o el primo del amigo le dan vuelo con singular desparpajo a las bolsas, envolturas o empaques vacíos a la calle. Hace unos días ví como en una calle céntrica se detuvieron dos vehículos, cuyos ocupantes se pusieron a charlar animadamente sin importarles que estaban obstruyendo el tráfico, pero no solo era que se comportaran como si la calle fuera suya, sino que también brindaban con cerveza de un vehículo a otro y ahí mismo en la calle dejaban caer los envases vacíos. Tambiñen ví recientemente como jóvenes de bachillerato en plena celebración aventaron un cartón vacío de una camioneta, justo cuando acababan de pasar cerca de un contenedor de basura.
Estos son nomás pequeños ejemplos de cosas que pasan a diario. Yo creo que es bueno criticar y señalar las cosas que nos parece que andan mal, pero también hay que proponer soluciones. En este caso pienso que no nos cuesta mucho hacernos cargo de disponer adecuadamente de nuestra propia basura. Además, como recomendación para los que tiran las botellas y botes de cerveza vacíos, mejor recíclen los envases y a lo mejor hasta sale para seguirla... Salud!
El pasado 16 de diciembre fue aprobado por el Congreso del Estado de Chihuahua, con el voto unánime de todos los diputados, el decreto de creación de la Universidad Tecnológica de la Tarahumara, de acuerdo a una iniciativa enviada por el Gobernador José Reyes Baeza Terrazas.
Con este decreto se avanza en la consolidación de este proyecto de educación superior que inició en Guachochi el pasado mes de septiembre y que se ubica como una opción más para estudiantes de la región de la Sierra Tarahumara que aspiran a obtener espacios en instituciones de educación superior.
La Universidad Tecnológica de la Tarahumara inició sus trabajos el mes de septiembre pasado, con un cuatrimestre de nivelación para alumnos egresados de bachillerato y actualmente tiene espacios disponibles para el primer cuatrimestre que iniciará el 11 de enero de 2010, con las carreras de Técnico Superior Universitario (TSU) en Turismo, Tecnología Ambiental y Agrobiotecnología, las cuales dan la opción a los alumnos de incorporarse al mercado laboral con su título y cédula profesional en un lapso de dos años, pero también tendrán la opción de continuar estudios de nivel licenciatura en la propia universidad, la cual ofrecerá las ingenierías de Negocios y Gestión Empresarial, enfocada a las pequeñas medianas empresas del ramo turístico y Tecnologías para el Desarrollo Sustentable.
Los aspirantes a ingresar en la Universidad Tecnológica de la Tarahumara pueden obtener mayor información y preinscribirse en la oficina coordinadora de la propia universidad, que se encuentra en la calle Pascual Orozco, frente al almacén de DICONSA, en Guachochi.
Tecorichi es una pequeña comunidad serrana, mayoritariamente indígena rarámuri, ubicada en el municipio de Balleza, Chihuahua, entre Balleza y Guachochi. En esta comunidad puede verse esta antigua iglesia en ruinas. Me llamó la atención pero no he podido obtener mucha información sobre su construcción, lo más es que data de principios del siglo XVIII y que originalmente fue llamada Nuestra Señora de la Concepción de Tecorichi.