PENSAMIENTO
CRÍTICO
Noel Irán Bustillos Gardea
Todos los seres humanos tenemos la capacidad de
pensar, es decir, de procesar mentalmente la información, modificarla,
reorganizarla en imágenes, conceptos, palabras, reglas y símbolos y generar
nueva información. Pero esto no significa que nuestro pensamiento sea siempre
de calidad, existen limitaciones que parten de nosotros mismos o del entorno,
que comprometen la eficacia y creatividad en la resolución de problemas, que
afectan la aptitud en el análisis, la realización de juicios de valor y
razonamientos. Cuando analizamos nuestra forma de pensar con base en estándares
intelectuales establecidos, para mejorar la calidad del pensamiento, estamos
pensando críticamente.
El pensamiento crítico es un tema estudiado
ampliamente a lo largo de la historia, por lo mismo existe una variedad enorme
de definiciones, que sin embargo coinciden en el hecho de que pensar críticamente
es analizar a conciencia el pensamiento y buscar la mejora continua del mismo.
Paul y Elder definen el
pensamiento crítico como “ese
modo de pensar – sobre cualquier tema, contenido o problema – en el cual el
pensante mejora la calidad de su pensamiento al apoderarse de las estructuras
inherentes del acto de pensar y al someterlas a estándares intelectuales”.[1]
El pensamiento crítico, con relación a los procesos
de enseñanza y aprendizaje surge en contraposición con el aprendizaje pasivo,
donde los alumnos son simples objetos receptivos de la influencia pedagógica,
donde no se evidencia una preocupación por desarrollar en los estudiantes
habilidades básicas que les ayude a enfrentar con éxito situaciones
problemáticas con autonomía y decisión. El pensamiento crítico es un
pensamiento estratégico de calidad, que ayuda a los estudiantes a desarrollar
competencias básicas para enfrentar con éxito diversas situaciones que se les
presenten en el ámbito académico, personal cotidiano y sobre todo, que aprendan
a construir su propio aprendizaje.
Características
del pensamiento crítico
Richard Paul y Linda Elder en “La miniguía para el
pensamiento crítico, conceptos y herramientas” (www.criticalthinking.org),
exponen una serie de estándares intelectuales universales que se aplican a los
elementos del razonamiento para desarrollar el pensamiento crítico. El
siguiente cuadro muestra los estándares y las preguntas que pueden formularse
para aplicarlos.
Claridad
|
¿Podría ampliar sobre ese asunto? ¿Podría darme un
ejemplo? ¿Podría ilustrar lo que quiere decir?
|
Exactitud
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¿Es posible verificar eso? ¿Es posible saber con
certeza si eso es cierto? ¿Cómo se puede probar?
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Precisión
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¿Puede ser más específico? ¿Puede ofrecer más detalles?
¿Puede precisar más?
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Relevancia
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¿Qué relación tiene con el problema? ¿Cómo afecta eso
al problema? ¿Cómo nos ayuda con el asunto?
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Profundidad
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¿Qué hace de esto un problema particularmente difícil?
¿Cuáles son algunas de las dificultades de esta pregunta? ¿A qué
complicaciones habría que enfrentarse?
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Amplitud
|
¿Habría que examinar esto desde otra perspectiva?
¿Habría que considerar otro punto de vista? ¿Habría que estudiar esto de otra
forma?
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Lógica
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¿Tiene esto sentido? ¿Existe una relación entre el
primer y el último párrafo? Eso que dice, ¿se desprende de la evidencia?
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Importancia
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¿Es este el problema más importante que hay que
considerar? ¿Es esta la idea central en la que hay que enfocarse? ¿Cuál de
estos datos es el más importante?
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Justicia
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¿Tengo un interés personal en este asunto? ¿Represento
los puntos de vista de otros justamente?
|
Estos
estándares intelectuales se aplican a los elementos del pensamiento crítico o
los criterios para evaluar el razonamiento, los cuales son:
Propósito:
¿Cuál es el propósito del que está razonando? ¿Está el propósito implícito o
explícito? ¿Se justifica?
2. Pregunta:
¿Se establece la pregunta con claridad? ¿Está libre de prejuicios? ¿Está
formulada de forma que recoge la complejidad del asunto al cual alude? ¿Existe correspondencia
entre la pregunta y el propósito?
3. Información:
¿Se citan experiencias, evidencia y/o información esencial al asunto en
cuestión? ¿Es la información rigurosa? ¿Atiende el autor las complejidades del
asunto?
4. Conceptos:
¿Clarifica el autor los conceptos claves? ¿Se usan y aplican los conceptos
adecuadamente?
5. Supuestos:
¿Demuestra el autor sensibilidad hacia lo que da por hecho o presupone? (En la
medida en que esos supuestos pueden ser cuestionados). ¿Usa el autor supuestos dudosos
sin atender la problemática inherente a los mismos?
6. Inferencias:
¿Se explica claramente la línea de razonamiento por la cual se llega a las
conclusiones?
7. Punto
de vista: ¿Demuestra el autor sensibilidad a otros puntos de vista?
¿Considera y responde las objeciones posibles que puedan ofrecer los otros
puntos de vista?
8. Implicaciones:
¿Se demuestra sensibilidad hacia las implicaciones y consecuencias de la
postura asumida?
Esto
nos lleva a aprender a desarrollar características intelectuales que definen al
pensamiento crítico:
Autonomía
intelectual vs. Conformidad intelectual
Dentro
del concepto del pensamiento crítico, lo ideal es que uno aprenda a pensar por
sí mismo, a dominar su proceso mental de razonamiento.
Integridad
intelectual vs. Hipocresía intelectual
Reconocer
la necesidad de ser honesto en su pensar; ser consistente en los estándares
intelectuales que aplica; someterse al mismo rigor de evidencia y prueba que
exige de los demás.
Perseverancia
intelectual vs. Pereza intelectual
Estar
consciente que es necesario usar la perspicacia intelectual y la verdad aún cuando
se enfrente a dificultades, obstáculos y frustraciones.
Confianza
en la razón vs. Desconfianza en la razón y en la evidencia
Confiar
que los intereses propios y de la humanidad estarán mejor atendidos si damos
rienda suelta a la razón; si fomentamos que la gente llegue a sus conclusiones
al desarrollar sus facultades para razonar.
Imparcialidad
vs. Injusticia intelectual
Estar
consciente de que hay que tratar todos los puntos de vista de la misma forma a
pesar de los sentimientos o intereses personales, que uno, sus amigos, su comunidad
o su nación tengan.
[1] (Paul, RICHARD y Elder, LINDA. La miniguía para el pensamiento crítico,
conceptos y herramientas. Pág. 4. Fundación para el Pensamiento Crítico
(www.criticalthinking.org). Tomado de www.eduteka.org)
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